LA VIDA BAJO
LA SENSACIÓN DE VACÍO
–Como la
vida es monótona, nada me cautiva, todo me aburre.–Soy una víctima de la
necesidad de amar y de comprender esa prisión que es este mundo. Ese suplicio
se debe a que nada me es suficiente. He amado tanto que todas mis fuerzas se
han agotado; ya no tengo amigos: mis intimidades son demasiado secretas para
que alguien las penetre. Todo me es indiferente; no ambiciono nada, ni siquiera
la muerte.
–Nada me es
nuevo, he abusado demasiado de mis sensibilidades. Tengo un deseo ardiente de
correr como una insensata a través de una selva virgen, allá gritaría con todas
las fuerzas de mi alma, lloraría un mes, un año, hasta recaer en la
tranquilidad, allá pensaría mucho, ya no vería a nadie y estaría sola con todo
un nuevo mundo maravilloso tal como soy; y no tendría más escalofríos al oír
las palabras que no dan remedio a mi mal. Recuerdo Francia, ¡oh! Francia querida,
lugar de ilusiones, me moriría si no te volviera a ver. Hace mucho tiempo que
dejé el mundo, quiero apartarme de los humanos para vivir en la soledad de tus
multitudes. París, ¡oh! Paraíso de toda inteligencia grande o pequeña, eres
huésped complaciente de un palacio de magias que se llama París.–
Cuando pueda
contemplar el horizonte sin una palabra que me turbe, ¿me bastará el océano
entero para distraer, sumergir mis dos ojos en el mar? Necesito interrogar a mi
espíritu, comprenderlo. En mi casa vivo muriendo, navegando por el océano sin
saber adónde, sin hallar las miradas de mis padres o de mi familia. Detesto el
yugo, sea el que sea y venga de donde venga. Quiero ser, conservar mis
sensaciones en un invernadero caliente como mi corazón.–
¿Por qué
escribir todavía, haciendo garabatos siempre sobre una hoja de papel? Mi mano
quiere traducir mis pensamientos; el infinito puede resumirse en una frase, una
hoja, un libro, una biblioteca, nosotros no podemos comprender tampoco el
infinito, y los vocablos, las palabras que sirven apenas para expresar las
necesidades de nuestro cuerpo son elementos inadecuados para alcanzar una
distancia sub límites, una duración sin fin. Ésta es la razón por la que, al
querer traducir mis pensamientos en palabras, ellas son opacas, sin armonía
alguna como la de los sonidos. Las vibraciones de nuestro cerebro llegan así a
este otro mundo que no es nuestro infinito.–
À dix ans sur mon pupitre
No hay comentarios:
Publicar un comentario