Autorretrato
No tengo el pudor necesario para
guardar silencio.
Mis ojos son verdes como la
hierba que crece en las banquetas.
Nací un día de lluvia. Alguna vez
un hombre confío en mí y fue en vano.
Casi no abrazo a mi padre, pero
la primera vez que hice el amor
llevaba sus zapatos puestos. No
sé nadar pero conozco la muerte.
No pude estudiar química. No me
enseñaron a trabajar sin quejarme.
Me gusta el ron. Tengo una úlcera
del tamaño de mi boca.
He entonado la primavera en la
voz de los muertos.
No he visto el atardecer en Punta
del Este,
pero me enamoró la luz en los
ojos de Gabriela.
Fui un hijo íntimamente deseado
aunque mis padres no me planearan.
Adoro el mar y sus olas que me
rompen los labios.
En mis sueños tengo siempre una
mejor vida. Me dan miedo los pájaros.
Sé leer la hora en los ojos del
gato. Puedo llorar por casi todo.
No tengo hijos, pero sé lo que es
perder a uno.
Un día, no muy lejano, espero dar
un grito que incendie a los hombres
y apague al sol, porque amo
desinteresadamente.
Y sobre todo, voy a la poesía
como quien va a la iglesia y me inclino
ante estos dolorosos papeles que
no atienden plegarias.
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