lunes, 2 de diciembre de 2019

[Déjame tocar...] (Por José Revueltas)








[Déjame tocar…]

DÉJAME tocar tu única forma de existir: la ausencia, el cuerpo vacío que esculpes en el aire asesinado cuando a las 11 a.m. o a las 6:30 te despides y dejas tu cuchillo a mis pies, y yo permanezco caído, sin el tacto que te establecía, sin el tacto que lloraba tu cuerpo y que hoy mide tu distancia.


Pero déjame entrar en tu olvido y poseerlo; déjame tu estatua de suspiros, tus hombros rotos por mi voz, tu caricia frustrada, amor, amor, déjame lo que nunca fuiste; déjame tu vacío para enterrarme y ahí desfallecer hablando alguna vez contigo.

Estoy extrañamente solitario, inmóvil, seguro de no sentir ni a través de la piel, sino sólo, desesperado, por mis sueños, o tal vez los planetas deshechos, o tus derribadas lágrimas, o, mejor mi ausencia inútil. Inútil.





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