El tiempo y
el número
CAEN las cosas,
dejan de ser, desaparecen
y algo las detiene en su propia sombra,
donde quedan, apagadas, vivas nada más
por el impulso de permanecer sin ser ya nada.
y algo las detiene en su propia sombra,
donde quedan, apagadas, vivas nada más
por el impulso de permanecer sin ser ya nada.
El amor
mismo es una cosa
sobre la cual se enciman nuevas cosas
cada vez, un palimpsesto donde los
recuerdos son distintos a lo que recuerdan
y parecen bellos sin haberlo sido
porque la muerte los retoca con la compasión
y los disfraza de encuentros que no fueron
pero deben parecernos puros, para que el presente
nos acoja sin demasiada pena
y no nos arrebate el último pan.
sobre la cual se enciman nuevas cosas
cada vez, un palimpsesto donde los
recuerdos son distintos a lo que recuerdan
y parecen bellos sin haberlo sido
porque la muerte los retoca con la compasión
y los disfraza de encuentros que no fueron
pero deben parecernos puros, para que el presente
nos acoja sin demasiada pena
y no nos arrebate el último pan.
Llegará ese
día en que ya no tengamos
el cuerpo disponible y en que todo
lo pasado no sea sino un largo vacío,
montones de palabras dichas de otro modo
y lejanas voces, pensamientos y sombras
indiferentes y extranjeras.
el cuerpo disponible y en que todo
lo pasado no sea sino un largo vacío,
montones de palabras dichas de otro modo
y lejanas voces, pensamientos y sombras
indiferentes y extranjeras.
Todo ello
vuelto a ser en nuestra nada
vencida, nombres sin cuerpo
con los que intentaremos recubrir
una sorda vida distante y acabada
en la que fuimos nosotros mismos
otra cosa también.
vencida, nombres sin cuerpo
con los que intentaremos recubrir
una sorda vida distante y acabada
en la que fuimos nosotros mismos
otra cosa también.
Para El tiempo y el
número
(Esquema para una prosa)
(Esquema para una prosa)
José
Revueltas